Tras 11 años, la justicia brasilera resolvió la elevación a juicio de la causa por la muerte de Ariel Malvino ocurrido en 2006 y por la cual están imputados tres correntinos. Serán juzgados por un jurado popular.
La jueza brasileña Elaine de Souza Freitas, a cargo de la causa por la muerte de Ariel Malvino, de 21 años, asesinado cuando veraneaba con amigos en las playas de Ferrugem, en Brasil, resolvió que los tres correntinos acusados de cometer el crimen vayan a juicio.
La magistrada imputó en forma definitiva a Carlos Andrés Gallino, de 38 años, y Horacio Pozo (hijo) de 34, quienes están acusados por el delito doloso de lesiones corporales con resultado muerte.
En tanto, Eduardo Braun Billinghurst, de 33, está acusado de tentativa de homicidio agravado.
Los tres serán juzgados por un Tribunal de Juri (jurado popular).
La jueza deberá resolver la pena que les imponga en caso de que el tribunal los encuentre culpables.
Ariel Malvino murió el 19 de enero de 2006 cuando veraneaba con amigos en las playas de Ferrugem, Brasil, donde fue atacado primero a golpes de puño y luego con un piedrazo cuando ya estaba tendido en el suelo.
Malvino fue asesinado cuando estaba en una esquina céntrica de la ciudad bebiendo con unas amigas, y en ese contexto, le comentó a una de ellas: “Viste que mal nos hacen quedar los argentinos en el exterior”.
Ese comentario fue el que motivó que, presuntamente, Braun Billinghurst, Gallino y Pozo comenzaran a golpearlo hasta ocasionarle la muerte, según investigó la Justicia de ese país.
Gallino habría discutido y empujado a Ariel, mientras que Pozo le habría pegado una trompada en la nuca a la víctima, quien cayó noqueada y golpeó su cabeza contra el piso, según la investigación judicial hecha en un primer momento por el fiscal Fabio Fernández de Oliveira Lyrio; investigación que continuó Roberta Mesquita e Oliveira.
De acuerdo con el testimonio de ocho testigos directos, Billinghurst habría tomado una pesada piedra y se la habría arrojado a la víctima.
Malvino murió en un Hospital Regional al que fue trasladado mientras que los agresores huyeron a otro balneario y regresaron a Corrientes.
Los tres imputados negaron las acusaciones en su contra y siempre estuvieron en libertad.
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